10/07/2017
David le da un
5.9
"Bastante bien en general, pero..."
Voy a empezar por el hotel en sí, las instalaciones parece que tienen sus añitos por fuera, pues hay desconchones y óxido en las partes que se pueden oxidar. Por dentro está bastante bien cuidado aunque sencillo en su decoración. Las habitaciones, al menos la que nos dieron a nosotros, que creo que era una suite, son como el doble de las habituales en estos hoteles, una habitación con cama doble de matrimonio, un salón con sofá cama, dos teles, un baño con ducha y bañera, multitud de armarios para guardar cosas y terraza amplia, con mesa y dos sillas, y con un pequeño tendedero muy útil. En este aspecto nada que objetar y más bien tirando a muy bien.
La limpieza de la habitación normalita, como el suelo es rústico no se nota la basurilla, pero la había. Los pasillos estaban limpios. El problema era el exterior y piscina. Como básicamente te dan toda la comida y bebida del todo incluido en vasos y platos de plástico, pues todo está lleno de los susodichos que se han volado y están por todos lados. Esto concierne a los clientes guarretes, evidentemente, pero no vi a nadie del hotel recogiendo habitualmente estos restos.
La piscina, pequeña para la gente que hay, y de poca profundidad, el agua limpia y refrescante. Muchas hamacas muy nuevas y cómodas y bastantes sombrillas de brezo para sombra. Un trozo testimonial de césped donde no cabía casi nadie. Duchas nada que objetar, sí la limpieza de los servicios que era deficiente.
En el Todo Incluído entran ciertas bebidas de calidad, durante el día está el bar de piscina y otro interior donde te sirven las bebidas que quieras y en el de piscina perritos, hamburguesas, patatas, aceitunas, frutos secos y algún dulce. Nada que objetar. El personal, pues unos simpáticos y otros se les notaba en la cara la gracia que les hacía estar aguantándonos.
Comedor, comida variada aunque repetitiva como en todos estos hoteles. Mucho estrés en los empleados del comedor se veía y ésto se dejaba notar en el mismo. Sillas muy, muy sucias al ser de tela y estar todas marcadas de manchas. Falta de cubiertos habitualmente, sobre todo cucharillas de postre, y postres escasos y muy repetitivos. La plancha de pescado y carne tenía bastante éxito. El personal del comedor, pues como en el resto, unos muy agradables y otros nada. Éramos unas 15 personas y pedíamos una mesa de 10 y otra para los niños y desde la mitad de estancia nos ponían alguna pega.
La animación ni fu ni fa, los encargados, dos chicos majos pero originarios de países del caribe y eso de dejaba notar en su pasotismo y falta de energía. No animaban demasiado a participar, se sentaban con el micro, y si ibas bien y sino también. Justito. Las instalaciones tampoco ayudan pues no tienen ningún espacio para deportes o actividades. Por la noche lo típico, un par de días te sacan a hacer el tonto en el escenario, un espectáculo de aves que era más bien sacar dinero haciéndose fotos con las aves, y otro par de actuaciones que, por el situado del escenario, tampoco se pudieron disfrutar correctamente sino te sentabas en primera fila.
Y ahora EL GRAN PERO. Este es un hotel que entre otras cosas publicita un menú para celíacos, motivo por el que nosotros, con dos hijas celíacas nos animamos a ir y, Ay amigo! cuando llegas y empiezas a preguntar al personal primero del bar de piscina y el bar interior y ves que allí nadie tiene una información clara sobre lo que tiene y no gluten. Teníamos que ir nosotros con la aplicación del FACE y alguna cosilla incluso fuimos nosotros los que les dijimos qué no tenía gluten, como el batido de chocolate que ellos no sabían. En el bar de piscina, las patatas de freidora no, porque se fríen más cosas, el granizado no sabían, si hay perritos y hamburguesas para nosotros a ellas las apartaban la salchicha o la carne tal cual, sin pan ni nada, y patatas de bolsa. Al menos las tarrinas de helado sí podían tomarlas.
En el comedor, pues más de lo mismo, es cierto que tienen un menú para celíacos, bastante limitado y nos podíamos enganchar a él, pero es que de pizza, croquetas, pasta y lasaña, un día pidieron fusilis y les pusieron macarrones, supongo que no tenían, y ya el penúltimo día pidieron lasaña y tampoco tenían, las croquetas eran escasas (5 para cada una), y eso que teníamos que decir en el desayuno la comida, y en la comida la cena, y una hora para que se la tuvieran más o menos preparada. De eso nada, habitualmente tenían que esperar unos 20 minutos desde que entrábamos hasta que ellas tenían su comida, y claro, casi todos habíamos medio terminado cuando ellas aún estaban esperando. Eso sí, de patatas fritas echas para ellas se hincharon, pero claro... no eran capaces de decirnos algún plato del buffet que pudiesen tomar por lo que nos arriesgamos nosotros, por variar un poco el menú a que tomaran arroz blanco y la carne y pescado de la plancha, además de algún queso y embutido que sí nos dijeron sin gluten. En cuanto al desayuno sí les hacían tostadas y les daban galletas y magdalenas sin gluten. Pero cuando pedimos tortitas o algo especial, como flan o natillas o algo similar siempre nos dijeron que imposible.
En definitiva, para este colectivo y si te ciñes estrictamente al menú, vale, pero vas a tener que esperar y es posible que algún día no comas lo que esperabas. Fuera del comedor, peor.
Positivo:
La habitación. La bebida del Todo incluído.
Negativo:
Comida para celíacos, basura en exteriores y piscina, ciertas personas del comedor.