Preguntas frecuentes para este destino

¿Por qué viajar a África?

África, el tercer continente más grande del mundo, es tan hermoso como lo es desconocido. Por su localización en el planeta y su historia milenaria y cambiante, sus paisajes cambian y sus gentes y culturas con ellos. Desde el atractivo desierto del Sahara, a las verdes selvas tropicales de Tanzania, desde las infinitas savanas donde reina lo salvaje, a las paradisíacas islas del océano Índico, a los grandes lagos cubiertos de flamingos, África no hace más que sorprender. Si bien en las noticias se muestra su lado negativo su lado positivo es sobresaliente. Desde los pueblos misterios en las áridas montañas de los países del mediterráneo hasta las coloridas aldeas de la África subsahariana, el viajero se encontrará con gentes cálidas y acogedoras, dispuestas a abrirse y ayudar. Como en cualquier lugar el viajero debe ser precavido y tener los ojos abiertos. Fuera de esto, es un continente donde uno no puede más que sumergirse y dejarse llevar por lo desconocido. Se cree que África es la cuna de la humanidad y que desde aquí se expandieron los humanos al resto del mundo. Desde hace siglos inmemorables emergieron aquí civilizaciones grandiosas, siendo la más importante de ellas la egipcia y desde entonces se convirtió en un territorio codiciado por imperios como el griego, el romano y más tarde, las potencias europeas. El África mediterránea y la subsahariana vivieron desarrollos diferentes y sus diferencias son visibles hasta el día de hoy. Con la llegada de los mercaderes árabes, el Islam se expandió rápidamente por la parte sur del continente y gracias a estos caravaneros se iniciaron relaciones entre las `dos Áfricas´. Hasta el siglo XVII el continente estaba constituido por varios reinos pero la desordenada repartición del territorio, fruto del colonialismo europeo y su ambición de materias primas, dejó al continente dividido, y reinos y tribus quedaron separados hasta la actualidad. Por ello las sangrientas peleas tribales que se siguen llevando a cabo. El continente tiene alrededor de 900 millones de habitantes distribuidos desigualmente por el continente y concentrados en las principales ciudades. Es uno de los continentes más pobres y es que sus recursos no son bien distribuidos y los gobiernos, conocidos por su corrupción, están constantemente entrando en deudas con las potencias internacionales. Los servicios básicos son escasos, como lo es la educación, y la población se ve constantemente amenazada por la expansión del sida, por enfermedades virales y por otros factores que podrían ser evitados si tuvieran a su disposición más recursos e instalaciones apropiadas. Son cada vez más numerosas la presencia y ayudas de ONGs pero estos esfuerzos no llegan aún a aliviar a la población que más lo necesita. Aparte de estos factores negativos, esto no ha impedido que su gente sea optimista y alegre. Sus tradiciones, aunque debido a la rápida expansión de la globalización, se van perdiendo, se mantienen arraigadas en la sociedad y sus parajes naturales como el Kilimanjaro, su montaña más alta, el Lago Victoria, el más profundo del mundo, el mítico río Nilo, testigo del gran imperio Egipcio, o las mágicas islas del archipiélago de Zanzíbar muestran el lado más hermoso de este continente.
Publicidad