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Zamora, la tierra del Románico y el Romancero, es la capital de la provincia Zamora en Castilla y León. Gracias a su situación geográfica, Zamora se ha convertido en una ciudad para el recuerdo, donde el tiempo detuvo su marcha y las calles y las plazas se quedaron en el medievo. La ciudad está dividida por el río Duero en dos partes, la oeste y la este. Leer más
Zamora, la tierra del Románico y el Romancero, es la capital de la provincia Zamora en Castilla y León. Gracias a su situación geográfica, Zamora se ha convertido en una ciudad para el recuerdo, donde el tiempo detuvo su marcha y las calles y las plazas se quedaron en el medievo. La ciudad está dividida por el río Duero en dos partes, la oeste y la este. Zamora tiene un clima mediterráneo continental, con inviernos fríos, llegando el mínimo a ser de -13,4ºC, y veranos cálidos, con 41ºC como máximo registrado. En la época romana, Zamora se llamaba Ocellum Duri y era la encrucijada de vías importantes hasta Zaragoza. Más tarde en el tiempo se convirtió en un punto estratégico de la dominación árabe, hasta que fue reconquistada en el siglo XI, convirtiéndose en ciudad fronteriza en la línea defensiva del Duero. La etapa entre el siglo X y el XIII se considera la Edad de Oro de esta ciudad, cuando se configuró su estructura urbana y se alzaron los monumentos más representativos, como la Catedral, construida entre los años 1151 y 1174, con su característico cimborrio de influencia bizantina. En el año 1060 fue ordenado caballero, en las afueras de esta ciudad, Rodrigo Díaz de Vivar, es decir El Cid Campeador. En esa época Zamora era uno de los principales centros urbanos de Castilla.
Qué visitar:
Los amantes de la historia y la cultura románica y medieval podrán visitar numerosos vestigios de épocas pasadas muy bien conservados: la muralla, construida entre los siglos XI y XIII, consistía en tres recintos amurallados que constituían la defensa de la ciudad - en el romancero se la llamaba La Bien Cercada -, la catedral con tres naves, una robusta torre y la cúpula de estilo bizantino. También se pueden visitar las ruinas del Castillo, que fue construido bajo el reinado de Fernando I, las numerosas iglesias románicas, que dan la fama de ciudad románica a Zamora, el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, de finales del siglo XV de estilo renacentista, y la Puerta de Doña Urraca o de Zambranos, del siglo XII (se cree que la reina Zamorana tenía su residencia contigua a ella). Aparte de los vestigios históricos también es muy interesante visitar Zamora en Semana Santa ya que sus tradiciones están declaradas de Interés Turístico Internacional.
Amabilidad de los recepcionistas. El personal muy amable. Un hotel funcional para pasar 2 o 3 días.
Buena ubicación Bien situado en pleno centro. Trato agradable del.personal.
ubicación buena ubicación. El servicio de desayuno buffet, muy pobre: no había mesa caliente, así que a olvidarse de huevos revueltos, bacon, salchichas... Decoración básica, muy lejos de la elegancia esperable de un 4 estrellas. Ruido del ascensor indescriptible. Bañera en la habitación: vuelta a los años 60.
Todo Es un hotel de los que se podría encuadrar dentro de los "con encanto" o "boutique". Decorado en tonos pastel con motivos florales, remedando un estilo "vintage" y nórdico, que hacen la estancia muy agradable.
Ubicación Personal agradable y una buena ubicación, cerca de restaurantes, de una gasolinera y de la salida a la autovía
El personal es magnífico, sobre todo su gente y su gerente Ángela Todo muy bien, tratado maravillosamente, lo recomiendo y volveremos seguro
Su ubicacion El hotel está muy bien situado cerca de la parte histórica y también de la zona de ocio y comercial. Tiene parking a 11€ con salida a la misma hora del check out
habitación espaciosa, y zumo natural en el desayuno la ubicación, es genial puedes ir andando a cualquier punto de la ciudad, buena limpieza en la habitación, que por cierto son bastante espaciosas, al menos la que a nosotros no dieron, el desayuno, aunque no hay mucha variedad, esta bastante bien, puesto que te hacen las tostadas, al momento y y el zumo de naranja es natural,( que ya se va viendo en pocos hoteles), volvería sin dudarlo
Muy bien situado Perfecto para una estancia en Zamora. Céntrico, limpio, personal muy amable. Además, por el parking en el mismo hotel solo nos cobraron 10€ por día. Cuando vuelva, repetiré.
La ubicación Genial ubicación la única pega es q hacia mucho frío en la habitación y la calefacción no calentaba lo suficiente para estar a gusto, incluso al día siguiente
ZAMORA
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